Pregón, de Rafael Alberti
La
primavera ha venido,
colgando
las golondrinas
un libro
de cada nido.
La paloma
equivocada
hoy ya no
se equivocó,
leyendo a
la madrugada.
Y el
saltarín gorrión,
saltando a
saltitos, quiso
seguir
también la lección.
Pero el
asno preocupado
quiso leer
el Quijote,
comiéndolo
de un bocado.
El
sabiondo elefante,
a
trompazos con su trompa,
recitó a
Homero y al Dante.
El lobo
feroz se cita
con un
librero y le compra
un cuento
a Caperucita.
Y aquí se
está lo más bonito:
una pulga
un diccionario
le regala
a Pulgarcito.
La rosa
también leyó,
pero el
llegando la noche,
ya
cansada, se durmió.
Todos los
peces quisieron
también
leer, y al compás
de las
espumas leyeron.
Y el sol y
la noche oscura
pasaron
toda la noche,
hasta el
alba de lectura.
Y hasta la
Pájara Pinta
leyó y
quiso hacer un libro,
pero se
manchó de tinta.
¡Vivir
leyendo, leyendo!
mientras
la paz en el mundo
no se nos
vaya muriendo.
¡Paz,
paz, paz para leer!
Un libro
abierto en el alba
y otro en
el amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario